La menopausia es una etapa de grandes cambios hormonales que pueden influir en la composición corporal, el metabolismo, la salud ósea y cardiovascular. La disminución de estrógenos suele provocar una redistribución de la grasa corporal, mayor riesgo de osteoporosis y alteraciones en los niveles de colesterol y glucosa.
Una alimentación adecuada en esta etapa ayuda a reducir los efectos adversos de la menopausia y a mantener un buen estado de salud. Es fundamental priorizar el consumo de calcio y vitamina D para prevenir la pérdida ósea, así como asegurar un adecuado aporte de proteínas para mantener la masa muscular. También se recomienda aumentar el consumo de fitoestrógenos (presentes en la soja y otros alimentos vegetales) para mitigar algunos síntomas como los sofocos.
Además, el control del peso es clave, ya que el metabolismo tiende a ralentizarse. Un enfoque nutricional equilibrado, junto con actividad física regular, permite gestionar mejor los cambios hormonales y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas.