La diarrea puede ser causada por infecciones, intolerancias alimentarias, enfermedades inflamatorias o efectos secundarios de ciertos medicamentos. Dependiendo de su duración, puede generar deshidratación y déficit de nutrientes esenciales.
El enfoque nutricional busca restaurar el equilibrio intestinal y evitar el empeoramiento de los síntomas. Se recomienda una alimentación de fácil digestión, basada en alimentos suaves como arroz, patata, zanahoria cocida, manzana sin piel y proteínas magras. También es importante reponer electrolitos a través de soluciones de rehidratación oral.
Cuando la diarrea es crónica, puede ser necesario investigar intolerancias alimentarias como la lactosa o el gluten, así como alteraciones en la microbiota intestinal. Un enfoque nutricional individualizado permite identificar las causas y establecer una dieta equilibrada sin comprometer la ingesta de nutrientes.